domingo, 16 de noviembre de 2014

LA TASA DE INTERÉS KEYNESIANA



Yenifer Caterine Ortega Buitrón

La tasa de interés en Keynes difiere significativamente de la concepción que los clásicos tenían sobre la misma. Adiciona un componente importante en el análisis que busca clarificar lo que realmente determina la tasa de interés; se trata de la preferencia por la liquidez, que es uno de los conceptos claves y distintivos de la teoría keynesiana, por el tratamiento primal del factor.

Recopilando ideas, la tasa de interés está determinada por “la preferencia psicológica en el tiempo” de la propensión a consumir, que permite saber la parte del ingreso que se destinará a ahorro, pero en conjunción imprescindible con la manera en que se considerará aquello que resta para el ahorro ¿se atesorará de manera que se prefiere un punto elevado de liquidez o se buscará recompensa por renunciar a la liquidez que podría tener? La primera opción es clara, en cuanto a la segunda se define otra visión sobre lo que realmente es la tasa de interés, puesto que no sería una recompensa por la postergación del gasto sino por desprenderse de la liquidez. La preferencia por la liquidez tiene varios motivos de realización, que son indiscutibles, se encuentran las transacciones por negocios o consumo personal; la precaución que da cuenta de una demanda de efectivo para garantizar el dinero bajo cualquier eventualidad, y por último la especulación que se produce por el hecho de que se esperan mejores tasas de interés para el futuro, entonces se retiene el dinero para obtener ganancias. En el contexto mexicano, la conducta de los individuos no es distinta al promedio, sobre todo a lo que se refiere a los dos motivos de preferencia por la liquidez mencionados anteriormente; y la justificación se encuentra en la situación de trabajo informal que da lugar a una propensión a consumir alta.

Por otro lados son importantes las excepciones que presenta Keynes en el apartado de la tasa de intereses, no es certero un aumento en la cantidad de dinero reduzca la tasa de interés, dado que la preferencia por la liquidez puede aumentar más que la cantidad de dinero disponible; lo cual podría suceder si gran parte de la población decide atesorar su dinero. Haciendo alusión a la distinción que hace Keynes de la eficiencia marginal y la tasa de interés, un descenso en la tasa de interés no necesariamente genera un aumento en las inversiones, porque un aumento en la obtención de determinado bien de capital reduce la tasa de inversión.


Puede concluirse que la tasa de interés se encuentra grandemente afectada por la abundancia o escases relativa de dinero que hace parte de las decisiones por preferir o no la liquidez. 

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