domingo, 9 de noviembre de 2014

LA TEORIA CLÁSICA DE LA TASA DE INTERÉS.



Andrea Muñoz Delgado

Teniendo en cuenta la teoría clásica que supone que la tasa de interés es el factor que equilibra la demanda de las inversiones con la propensión al ahorro. La inversión representa la demanda de recursos disponible y el ahorro la oferta. Es decir, siendo el interés el precio pago por el uso del capital en cualquier mercado, ese tiende a establecerse a un nivel de equilibrio en el cual la demanda global de capital será igual al capital total que se obtiene a esa tasa.

La teoría clásica afirma que todo acto de ahorro reduce la tasa de interés, de modo a que la producción de capital sea automáticamente estimulada y que cada acto adicional de inversión hace subir necesariamente la tasa de interés, a menos que se verifique un cambio en la propensión a ahorrar.

El problema está en que la teoría clásica olvida la influencia de los cambios en el nivel de los ingresos. Las variables independientes de la teoría clásica de la tasa de interés son la curva de demanda del capital y la influencia de esa tasa sobre la cantidad ahorrada de un determinado ingreso. Un segundo problema, es que la tasa de interés no es una recompensa a la espera, es una recompensa a la renuncia por la liquidez, es un premio de riesgo.

Considerando lo anterior y llevándolo al caso venezolano, el control de capitales hace que la tasa de interés interna se desvíe de la tasa de interés internacional, es decir que al existir controles de capitales, la tasa de interés nacional no es  necesariamente igual a la tasa de interés internacional . Tampoco las familias pueden convertir activos externos en moneda local en forma rápida o  viceversa, lo cual limita a los hogares en sus decisiones de inversión o consumo y tránsito, es decir en libertades fundamentales de todo ciudadanos.

Además, en Venezuela el BCV ha tenido como meta reducir el ritmo de aceleración de  precios, dada la persistente tendencia inflacionaria del país en la última década. Ello conlleva una  reducción de las tasas de interés, las cuales en  promedio han sido negativas y no reflejan así la prima de riesgo país, la cual ha oscilado alrededor de 8% durante el año, y que estimula la fuga de capitales del país. De igual forma, la inestabilidad política y económica del país también se ha materializado en que inversionistas extranjeros perciban un mayor de riesgo a la inversión de capitales. La tasa de oportunidad de retribución al capital invertido, dado el alto nivel de riesgo, desestimula la inversión privada en industria, y esto a su vez, pudiera ser un factor favorable para la asignación de recursos en el sistema financiero, si la tasa de interés efectiva es atractiva como recompensa a la renuncia por la liquidez en forma de activos fijos que pudieran ser invertidos en iniciativas empresariales. Sin embargo, el estricto control de capitales impuesto por Venezuela limita que esta conducta sea una tendencia general por los inversionistas del país. Para evitar la fuga de capitales, las tasas de interés tendrían que reflejar una tendencia a ser iguales a las tasas externas de plazos equivalentes, sumadas a las expectativas de devaluación del bolívar y al riesgo país.


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