Francy Samboni
“La tasa de interés ha sido considerada durante mucho tiempo por
la teoría clásica como el factor que equilibra la demanda de inversores con la
inclinación al ahorro”; en cualquier economía tanto la inversión como el ahorro
son trascendentales para su desarrollo y crecimiento, de igual manera, así como
el sistema permite condiciones de equilibrio, también se presentan casos de
desequilibrio, cuando el ahorro empieza a ser mayor que la inversión y la tasa
de interés debe experimentar una reducción como una medida para incentivar la
inversión, el otro desequilibrio se presenta cuando la inversión es mayor que
el ahorro y la tasa de interés presenta una
tendencia hacia el alza para incrementar el ahorro, estos motivos llevan a que
la tasa de interés tenga un comportamiento variable en el tiempo.
Según la teoría clásica, los mercados tienen la capacidad de
autorregularse, por lo tanto la intervención del gobierno sobre la tasa de
interés no es necesaria ya que esta fluctúa por si misma de modo que el ahorro y la inversión se regulan por si mismos; algo totalmente
opuesto proponía Keynes, quien
consideraba que no podía esperarse que los mecanismos naturales del mercado llevaran
la economía a equilibrarse, Keynes defendió la intervención del Estado,
gastando, invirtiendo y regulando las tasas de interés con el objetivo de
empujar con su actuación a los empresarios y los consumidores.
Keynes además consideraba que la tasa de interés se veía
influenciada por otros factores sumados a la oferta y la demanda de dinero, uno
de ellos el nivel de ingresos de la economía, pero del nivel de ingresos lo
verdaderamente importante eran la propensión marginal a consumir y la
propensión marginal a ahorrar desarrolladas por los consumidores.
En Venezuela al igual que para la mayoría de países
latinoamericanos la propensión marginal a consumir es alta y la propensión
marginal al ahorro es baja debido a varios factores como el nivel del salario
real que se percibe en promedio en la economía, por ejemplo para esta economía,
pese a que los consumidores perciben un salario nominal “alto”, y sobre el cual
en los últimos días su gobierno anuncio un nuevo incremento, que sumado con los
ocurridos durante el año alcanzan un 60% en comparación al salario del año
pasado, aun así el salario real que les permite a los consumidores acceder a cierta cantidad de productos, no es suficiente
debido a los constantes cambios en el nivel de precios causados por la
inflación.
El interés para la economía clásica es el precio pagado por
el uso del capital en cualquier mercado y para un mercado como el que nos ocupa
en este momento, en el cual el nivel de desocupación viene aumentando
paulatinamente, la estrategia del gobierno es bajar las tasas de interés con el
objetivo de estimular la inversión, ésta aparentemente es una buena estrategia
y de la que se podría pensar resultaría atractiva para los empresarios pero que
sumada a las fuertes políticas restrictivas, de nacionalización y expropiación
de empresas por parte del gobierno en
realidad no se cumple el objetivo, porque esta economía no genera confianza al
inversionista, pues el nivel de riesgo en el que se incurriría es alto, y la
tasa de interés para el inversionista no es suficiente y es preferible optar
por el ahorro.
Para concluir, en el panorama de ahorro versus la oportunidad
de emplear un monto de capital, los inversionistas en Venezuela prefieren
mantener su capital en condiciones de ahorro, así la tasa de interés que
perciben por este sea inferior a la que podrían alcanzar si decidiesen
invertir.
La estrategia de bajar la tasa de interés para fomentar la
inversión debería funcionar, sin embargo, para Venezuela antes es necesario
brindar las garantías para que los empresarios tomen decisiones de inversión y
para eso debe ocurrir un cambio en las políticas del gobierno, de lo contrario,
las modificaciones en las tasas de interés y en general en política fiscal no
generaran el efecto que se desea obtener.
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