Daniel Bastidas
Haití es una nación única por varias razones, la belleza de sus paisajes
es increíble y su historia es admirable, fue una de las primeras naciones en
independizarse del dominio colonial europeo, y fue la única que tuvo una
revolución de esclavos, ¡Lo que llevó a que todos sus gobernantes posteriores
fueran de extracción esclava!
Al estudiar la historia de Haití, se pensaría que es una gran potencia y
que es el ejemplo a seguir por los países americanos, y no se está equivocado
del todo.
Aunque le falte mucho camino por recorrer para llegar a ser algo parecido a una potencia, si es un ejemplo a seguir; de cómo no administrar un país, el sectarismo tribal, la corrupción y la falta de educación han llevado al país ubicado en el occidente de la isla que Colón llamó “La Española” a ser el país más pobre no sólo de América sino también de todo el hemisferio occidental, además ocupa el lugar 145 de 177 en el índice de desarrollo humano de la ONU. Y es que Haití es un perfecto “laboratorio” de economía donde todo está por hacer, lo que lleva a la preguntarse sobre cuál es la teoría económica idónea para aplicar en esta sociedad deprimida, lo primordial entonces, sería comenzar por aumentar el nivel de empleo ya que el nivel de pobreza alcanza un increíble 70% y el ciudadano común vive con dos dólares al día, luego al analizar los postulados de la teoría clásica se observa que el desempleo en Haití puede darse de dos formas: El desempleo friccional, que es el dado en el intervalo de tiempo en el que un trabajador migra de una ocupación a otra, y el desempleo voluntario, producido por las personas en capacidad de trabajar que no lo hacen debido a que la desutilidad marginal del trabajo es mayor a la utilidad marginal del mismo producida por un salario nominal insuficiente, y un salario nominal sería entonces igual a la utlidad marginal del trabajo, o sea que el salario real de los trabajadores es igual al valor que se perdería si la ocupación se redujera en una unidad es decir si el trabajador dejara de ejercer, igualdad que puede no darse en un mercado imperfecto, lo cual resulta un poco ilusorio y paradójico en un país el cual solo tres ciudades tienen servicio de internet satelital. Como se observa en esta teoría no se contempla el desempleo involuntario, que consiste en que hay población deseosa de trabajar pero con imposibilidad de hacerlo ya que no hay suficiente demanda de mano de obra, esto, no contemplado según los clásicos porque si llegará a existir este tipo de desempleo sería producto de un acuerdo de los trabajadores a vender su mano de obra a un nivel de salario nominal específico, que en el caso de ser reducido en la cantidad apropiada, permitiría la incorporación de mayor mano de obra al mercado, esto suponiendo que se cumple la ley de Say y que toda oferta es cubierta por la misma cantidad de demanda, argumento que Keynes rechaza. Ahora en un país en el que es común comer galletas de barro con sal y manteca, es válido refutar el postulado clásico sobre la inexistencia de desocupación voluntaria, dado que en primer caso al bajar los salarios reales por medio de un nivel de salarios nominales estable y un alza en el precio de los artículos para asalariados, no necesariamente se desencadenará una renuncia al trabajo de estos obreros, nadie renunciará a su trabajo si el nivel de vida se encarece un poco. Y en segundo caso se observa que es la excepción que los salarios nominales surjan producto del acuerdo entre empleados y empleadores, en la mayoría de los casos existen muchas otras fuerzas que intervienen en la fijación del nivel de salarios y el acuerdo entre oferta y demanda para tal fin, es solo un caso excepcional. En una primera vista entonces, pareciera ser que este país caribeño es el perfecto campo de aplicación para las tesis keynesianas y una pesadilla práctica para los defensores de la escuela clásica.
Aunque le falte mucho camino por recorrer para llegar a ser algo parecido a una potencia, si es un ejemplo a seguir; de cómo no administrar un país, el sectarismo tribal, la corrupción y la falta de educación han llevado al país ubicado en el occidente de la isla que Colón llamó “La Española” a ser el país más pobre no sólo de América sino también de todo el hemisferio occidental, además ocupa el lugar 145 de 177 en el índice de desarrollo humano de la ONU. Y es que Haití es un perfecto “laboratorio” de economía donde todo está por hacer, lo que lleva a la preguntarse sobre cuál es la teoría económica idónea para aplicar en esta sociedad deprimida, lo primordial entonces, sería comenzar por aumentar el nivel de empleo ya que el nivel de pobreza alcanza un increíble 70% y el ciudadano común vive con dos dólares al día, luego al analizar los postulados de la teoría clásica se observa que el desempleo en Haití puede darse de dos formas: El desempleo friccional, que es el dado en el intervalo de tiempo en el que un trabajador migra de una ocupación a otra, y el desempleo voluntario, producido por las personas en capacidad de trabajar que no lo hacen debido a que la desutilidad marginal del trabajo es mayor a la utilidad marginal del mismo producida por un salario nominal insuficiente, y un salario nominal sería entonces igual a la utlidad marginal del trabajo, o sea que el salario real de los trabajadores es igual al valor que se perdería si la ocupación se redujera en una unidad es decir si el trabajador dejara de ejercer, igualdad que puede no darse en un mercado imperfecto, lo cual resulta un poco ilusorio y paradójico en un país el cual solo tres ciudades tienen servicio de internet satelital. Como se observa en esta teoría no se contempla el desempleo involuntario, que consiste en que hay población deseosa de trabajar pero con imposibilidad de hacerlo ya que no hay suficiente demanda de mano de obra, esto, no contemplado según los clásicos porque si llegará a existir este tipo de desempleo sería producto de un acuerdo de los trabajadores a vender su mano de obra a un nivel de salario nominal específico, que en el caso de ser reducido en la cantidad apropiada, permitiría la incorporación de mayor mano de obra al mercado, esto suponiendo que se cumple la ley de Say y que toda oferta es cubierta por la misma cantidad de demanda, argumento que Keynes rechaza. Ahora en un país en el que es común comer galletas de barro con sal y manteca, es válido refutar el postulado clásico sobre la inexistencia de desocupación voluntaria, dado que en primer caso al bajar los salarios reales por medio de un nivel de salarios nominales estable y un alza en el precio de los artículos para asalariados, no necesariamente se desencadenará una renuncia al trabajo de estos obreros, nadie renunciará a su trabajo si el nivel de vida se encarece un poco. Y en segundo caso se observa que es la excepción que los salarios nominales surjan producto del acuerdo entre empleados y empleadores, en la mayoría de los casos existen muchas otras fuerzas que intervienen en la fijación del nivel de salarios y el acuerdo entre oferta y demanda para tal fin, es solo un caso excepcional. En una primera vista entonces, pareciera ser que este país caribeño es el perfecto campo de aplicación para las tesis keynesianas y una pesadilla práctica para los defensores de la escuela clásica.
Primero que todo el texto me gustó referente a que explica a mi modo de ver (pueda ser que yo esté erróneo) las clases de desempleo, fue conciso en dicho tema. No obstante me quedaron varios interrogantes referentes a por ejemplo en que en el primer párrafo nos dice que los gobernantes posteriores de Haití era de extracción esclava, y dicha afirmación no fue desarrollada, quedó en un veremos a ver si habla de aquello; en sí creo que le faltó argumentar dicha afirmación.
ResponderBorrarSegundo, creo que el hecho de aumentar el empleo en una nación no es solo querer hacerlo y ya, pues debe haber lugares en donde se pueda laborar pero si no hay entonces es como difícil decir que se aumente el empleo y ya; es decir, creo que lo importante sería un aumento en la inversión para así poder emplear mano de obra.
Por último, creo que decir que en Haití se vería perfecta la aplicación de la teoría keynesiana es una afirmación demasiado fuerte y no se han visto muchas variables que pueden afectar dicha forma de economía.
Saludos.