viernes, 22 de agosto de 2014

¿Qué externalidades hacen que la oferta de trabajo tenga variabilidad?


Susan Díaz

Medir la calidad de vida de una sociedad para este caso de un país, es algo complejo ya que influyen distintos conceptos y visiones.
Es difícil no pensar en que la calidad de vida es directamente proporcional al ingreso que recibimos resultado de nuestra oferta de trabajo y que esto conlleva a un tipo de bienestar personal o colectivo. Es difícil, ya que si queremos partir del concepto de calidad de vida atravesamos distintos tipos de bienestares, no solo el material, pero de este se desencadenan los demás.
La desutilidad del trabajo se define como cualquier motivo que induzca a un hombre a abstenerse de trabajar ya sea por motivos voluntarios o friccionales. Como individuos no podemos llegar a pensar en el desempleo como una decisión propia y es aquí cuando Keynes nos plantea la desutilidad involuntaria y con este concepto no tan riguroso nos plantea que no es una decisión ser desempleado o que existen divergencias en el sistema que resulta en un grupo de hombres sin ocupación total de su mano de obra. La falta de empleo en nuestro país con cifras de 2.3 millones de personas desempleadas es una realidad latente que de forma directa afecta nuestra calidad de vida, amplificando la desigualdad social que obstruye el desarrollo económico del país. Por la otra cara de la moneda no se canta victoria, los empleados que por respuesta al uso de su  mano de obra reciben salarios nada proporcionales a lo que cuesta o es necesario invertir para obtener una buena calidad de vida, incluyendo la material, física o de desarrollo como una calidad en educación o salud, esto si hablamos de una clase baja o media cabe aclarar. El salario mínimo nominal que recibimos está lejos de ser proporcional al poder adquisitivo necesario para garantizar una buena calidad de vida, es en este momento cuando nuestra decisión de ahorro necesita ser una y otra vez postergada para suplir lo urgente y necesario.
La inversión de capital producto del ahorro de nuestro ingreso es necesaria para fomentar la creación de nuevos empresarios, generando así más oportunidades de empleo aunque se sepa que la relación entre ingreso y consumo es directamente proporcional, pero lamentablemente los que menos ingresos recibimos somos los que más consumimos en relación a los de más ingresos. Esta oportunidad de inversión solo es posible en el momento en que el salario real aumente ayudando así al ahorro colectivo, pero no dejando la oportunidad de ahorro y de inversión en los más adinerados.


Susan Díaz López 

1 comentario:

  1. Cuando dices que el ingreso es resultado de nuestra oferta de trabajo, siento que hay cierto error, pues la oferta de trabajo son los que desean trabajar y estos aún no reciben un ingreso, por lo tanto creo que hay una cierta contradicción. Me pareció bien que hubieses aclarado lo del salario real, pues en casi todo el texto hablabas de salario, más no mencionabas si era real o nominal. Por último hay que recordar que el ahorro es bueno, pero no en grandes proporciones, (hay que mover la variable consumo).

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