viernes, 22 de agosto de 2014

Keynes en Bélgica

Jesús Andrés Burbano


He escogido para este texto paralelo y los que están por venir, tomar como referencia para el análisis de la teoría económica keynesiana los aspectos económicos, políticos y socio-culturales de Bélgica.
Antes de hacer énfasis y opinión de lo expresado por Keynes en el capítulo 2 de su teoría general para el caso belga, me es menester el reconocerle una crítica sólida hacia los postulados de la teoría neoclásica paradigmática (a la cual Keynes llama “escuela clásica”, y así la denominaré de ahora en adelante) sobre la ocupación. Lo que quiero resaltar de su crítica es que logra hallar fallas estructurales dentro de supuestos de gran peso dentro del desarrollo de la teoría clásica, sin necesidad de recurrir, prácticamente, a ningún tinte ideológico en su discurso. Tal vez el detectar estas fallas en supuestos claves le haya sido más fácil debido a las diferencias en la práctica en la estructura laboral entre los años 1930 y la segunda mitad del siglo XIX; aun así, percibo que lograr una crítica fundamentada “dentro del mismo juego” de los clásicos es algo que pocos pueden lograr.
Pasando al análisis pertinente, iniciaré con concordancia hacia la argumentación discrepante de Keynes respecto al segundo postulado que ubica de la teoría clásica, bajo el cual no existe la desocupación involuntaria. Bélgica, como país dentro de la zona euro, afronta la recuperación de su economía tras las repercusiones de la crisis de 2008, y trata de salir de una contracción en su crecimiento que, estimando de manera positiva, será del 1.7% para el 2015 (0.3% con respecto a 2014). Pero es necesario mencionar las medidas que se prevén serán aplicadas por la política económica del país: basadas en una proliferación de la fuerza laboral mayor de 65 años más allá de su edad de jubilación y una serie de flexibilizaciones en la política laboral que recaerán en el desempleo de los habitantes más jóvenes de Bélgica. Así que, teniendo en cuenta que Bélgica destaca por su alto porcentaje de fuerza laboral altamente preparada debido a un buen sistema educativo, y además, que su sistema económico depende en gran parte del sector servicios; podríamos preguntar a los jóvenes de fuerza laboral de baja remuneración y en mayor parte víctimas del desempleo por la crisis: ¿Creen que su desocupación es voluntaria? La negativa es evidente.
Si tratamos de recurrir a la desocupación friccional para justificar el caso, sería difícil plantearnos que este sea un caso de recursos no captados entre periodos por las empresas, ya que para mí es complicado ver cómo se captan recursos tendiendo a la optimización de la producción en medio de la peor crisis económica de la historia. El mensaje es claro: la ocupación plena no existe y Bélgica está lejos de  si quiera acercarse, al menos en este momento.
Pasando a otro tema, también puedo expresar que cuando Keynes nos dice que los grupos de trabajadores luchan por una constancia o sostenibilidad de sus salarios reales sólo para su grupo, esto se puede tomar como una regularidad empírica, más no siempre se da. Bélgica podría no ser un contraejemplo de la afirmación de Keynes, puesto que el país se caracteriza por una división socio-cultural entre las regiones de habla valona y flamenca, división que ha recaído en los aspectos políticos y en diferencias en el crecimiento industrial de Flandes (próspera en este sentido) y Valonia (apenas despegando debido a la crisis). Por lo cual se puede decir que si existe una lucha interna de sindicatos que ha traído diferencias en sus niveles de vida  y ventajas laborales, pero estoy hablando de uno de los países con más alto IDH del mundo, el cual ha obtenido sus ventajas y nivel de vida dentro de un proceso histórico que no se remonta necesariamente a la puja de sindicatos separados.
Vistas las anteriores discrepancias de Keynes, pienso que hay muchos temas por argumentar sólo para este capítulo, sin embargo la necesaria brevedad de esta publicación no lo permite. Aun así me doy el lujo de expresar una última concordancia con el autor frente a su crítica hacia los postulados clásicos sobre la ocupación: actualmente los asalariados no tienen el poder de reaccionar de manera efectiva para reestablecer el equilibrio entre la desutilidad marginal de su labor y su salario real, al menos no de manera total; como lo dice Keynes, si lo anterior se diera, cada cambio llevaría a un nuevo equilibrio, y para mí, equilibrio en economía es una palabra muy fuerte.
Fuentes:
-         KEYNES, John Maynard. Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero. Fondo de Cultura Económica. México D.F. 1943.


2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Este ha sido uno de los textos más maquillados y profundos que he leído, por lo tanto me parece que ha sido muy bueno. Sin embargo me confundí cuando habla de desocupación involuntaria y luego pasa a la voluntaria, no creo que se haya aclarado esa idea.
    A veces sentía que se abarcaba mucha información que debía ser más desarrollada, quizás por lo corto del texto no se pudo.
    Eliminé el primer comentario porque me faltaba esta parte: A pesar de que hablar en economía sobre equilibrio sea algo muy "fuerte", siempre se habla y se aplica, hasta hoy día.
    Terminando, vuelvo a aludir este escrito.
    Saludos.

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