martes, 14 de octubre de 2014

Efecto multipicador


Fredy Hernan Enriquez Rivera

Para entender en mejor medida el efecto del  multiplicador es necesario remitirnos a la condición fundamental, de la propensión marginal al consumo. La cual establece que la propensión marginal al consumo es menor a 1, lo que evita que el multiplicador tenga valores extremos. La propensión es una condición dinámica de situaciones en economía que tiene en cuenta el tiempo y condiciones particulares para su análisis. Así pues, tanto en general el multiplicador como la propensión son función de procesos económicos, estos si difieren en sus estructuras económicas, tergiversando los resultados  del multiplicador.
De tal forma que en economías ricas podemos ver altos niveles de consumo en términos absolutos, sin embargo su propensión marginal es baja. De igual forma  es importante entender que la propensión marginal al consumo disminuye a medida que se acerca al pleno empleo, dándonos una percepción del comportamiento de la economía.
Ya introducida la pmgc, podríamos definir que el multiplicador keynesiano es bidimensional por que considera dos elementos, la inversión y el ingreso medido en unidades de salario. Y para aumentar el ingreso se requiere cada vez mayor aumento en la inversión para reactivar la economía dado ya el problema de demanda efectiva.
Si lo que queremos es determinar los cambios en el ingreso nacional dados cambios en el consumo y la inversión debemos considerar que la inversión dependerá de la tasa de interés y de la eficiencia marginal del capital. Esta última es importante porque establece un nexo entre presente y futuro  sobre las expectativas  y las fluctuaciones de este determinan el ciclo económico.
El multiplicador keynesiano se define así:
Podemos establecer que hay una relación directa entre la pmgc y el multiplicador. De igual forma se debe tener en cuenta las relación entre la emgc y la tasa de interés para determinar el efecto del multiplicador, pues si emgc es menor que la tasa de interés no habrá inversión y si habrá ahorro menguando el efecto multiplicador.
De esta manera, implícitamente podemos determinar algunos de los factores que afectan el multiplicador keynesiano y que cambian con las estructuras de mercado de las diferentes economías: los impuestos, los parafiscales, la reforma tributaria, gasto público, la política monetaria.
En España esperaremos que el multiplicador keynesiano no muestre grandes efectos, pues es una economía que atraviesa una crisis. Si bien las políticas de austeridad parecen no ser sido las más populares ni las más convincentes, es importante que si un cambio (como el que se pretende) en tales medidas más flexibles (disminución de impuestos) para aumentar la incrementar la renta disponible se traduzca en aumento en el consumo y no en ahorro. Lejos está este país de tener una propensión marginal al consumo baja, esta es alta y como sabemos desciende cuando se acerca al pleno empleo, y  la tasa de desempleo ronda el 25 %. En este mismo sentido el multiplicador se encuentra insensible a grandes cambios y a corto plazo, pues la tasa de interés es cercana a cero y sus efectos inmediatos sobre la renta parecen contrarrestarse con políticas que favorecen a los empresarios y quien tienen disponibilidad de ahorrar, que no necesariamente se traduce en nuevas inversiones que estimulen el multiplicador. Empero el efecto multiplicador explica una situación en otro sentido, pues explica como cae el PIB ante disminuciones en el consumo y la inversión, una característica más cercana a la crisis española. Esta tasa de interés muy baja a la que trajo la crisis da poco margen a las políticas monetarias dando preeminencia a las políticas fiscales, y estas políticas fiscales llevan como han venido empeoran la crisis, generando  incertidumbre frente al futuro.



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