Juan José Mejía
Dentro de la teoría económica Keynesiana se analiza y se
concluye que: a un nivel de ocupación
dado, el principal determinante del consumo que realizan los seres
humanos dentro de una sociedad es: el ingreso que estas mismas personas
reciben, pero también se deja constancia que no todo ese ingreso que se percibe
se destina a consumo, lo cual, según Keynes crea un problema de demanda
efectiva en la economía; keynes también afirma que esa relación entre ingreso
(y) y consumo (c) varía de sociedad a sociedad y la define como la propensión
marginal a consumir (ᵡ), relación que a su vez depende de una serie de factores
tanto objetivos como subjetivos; dentro de los factores objetivos,
determinantes de la propensión marginal a consumir encontramos: Un cambio en la unidad de salario, Un cambio en la
diferencia entre ingreso e ingreso neto, Cambios imprevistos en el valor de los
bienes de capital no considerados al calcular el ingreso neto, Cambios en la
tasa de descuento del futuro, Cambios en la política fiscal, y Cambios en las
expectativas acerca de la relación entre el nivel presente y el futuro del
ingreso.
Teniendo claridad sobre
esa base teórica de la política económica keynesiana procederé a ligar la misma
con el contexto de la nación argentina.
“a una semana de la devaluación del peso, el ajuste llegó a los créditos.
Después de que el Banco Central (BCRA) dispusiera el martes pasado una fuerte
subida de tasas para sacarle combustible al dólar, los bancos aumentaron entre
tres y once puntos las tasas de interés que cobran por sus créditos. También
decidieron acortar sus plazos y reversar sus planes de cuotas sin interés con
tarjeta de crédito, gran motor del consumo.
Así, por
un préstamo personal, en los bancos privados se está cobrando ahora no menos de
44% anual, cifra que, sumadas las comisiones y otros gastos administrativos, arroja un costo financiero
total que supera el 65% anual. No
muy lejos se encuentran los bancos públicos, con tasas nominales en pesos para
préstamos personales que arrancan en 32%, pero que llegan a 44% y con un costo
financiero total que no baja de 55% anual.
De hecho, y pese a que el Ministerio de
Economía niega públicamente que haya un ajuste, el Banco Nación, el más grande
de todo el sistema, fue uno de los primeros en retocar sus tasas, el miércoles
pasado. La de su cartera general pasó de
18 a 25% anual, mientras que por un descubierto con garantía hipotecaria pasó
de cobrar 23 a 31%.” La nación. (Argentina 2 de febrero de 2014)
Este es un claro ejemplo de cómo una
política de gobierno afecta directamente a no uno, sino varias factores
objetivos determinantes del consumo, en esta ocasión el ajuste se hace en
detrimento del mismo (consumo), es decir, el consumo irá en descenso y desde la
perspectiva keynesiana, si no hay una suficiente inversión que sopese ese
descenso en el consumo los problemas de demanda se acrecentarán en gran medida.
“También, ante la
incertidumbre que generó la devaluación, muchos bancos optaron por recortar los
plazos de sus créditos. Quienes daban préstamos a tasa variable de hasta 5 años
de plazo los redujeron a 40 meses, y otros directamente decidieron no
extenderse a más de seis para sus líneas a tasa fija, según confió a LA NACION
un ejecutivo de un banco extranjero. La misma política se trasladó a las tarjetas
de crédito: ya en los bancos anticipan que los planes de 12 cuotas sin interés
serán una excepción” La nación.
(Argentina 2 de febrero de 2014)
Este es otro ejemplo en el cual se
alteran las expectativas futuras y por esa misma vía también se “golpea” a la
variable consumo.
La inflación en la república
argentina, a pesar de recientemente haberse reducido. En este siglo, y a
finales del siglo xx ha sido significativamente alta, lo cual si tenemos en
cuenta que uno de los factores objetivos determinantes del consumo es
precisamente el salario real y que los incrementos del salario nominal en
argentina no fueron de la mano con la alta tasa inflacionaria; se tradujo entonces
en un descenso en el poder adquisitivo de la gran mayoría de personas en
argentina, circunstancia que generalmente trasciende a una disminución en los
niveles de consumo. Para concluir, si analizamos a la república Argentina y sus
niveles de consumo desde la perspectiva keynesiana, veremos como en la
actualidad están en entredicho los “crecimientos” de esta misma variable
(consumo) situación que pone en jaque a las distintas entidades gubernamentales
de peso en Argentina.
Aunque cabe destacar la gran labor
ejercida por las principales autoridades en materia económica en argentina en
el periodo 2002 – 2014 puesto que enfrentaron y aún enfrentan una de las peores
crisis económicas de argentina y en ese mismo periodo lograron un crecimiento
en los niveles de consumo del 600% según el diario telam. Aunque esta medición
se hace antes de que explote el problema de argentina con los llamados “fondos
buitre” y el riego de volver a entrar en “default”.
BIBLIOGRAFIA :
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