“Puede
suceder muy bien que la teoría clásica
represente el camino que nuestra
economía debería seguir;
pero suponer que en realidad lo hace así
es eliminar
graciosamente nuestras dificultades”.
John Maynard Keynes
Yenifer Caterine Ortega Buitrón
Es evidente que la economía
clásica plantea un escenario perfecto en que existe el empleo óptimo de los
recursos, lo cual se ha planteado bajo la famosa Ley de Say y para no
soslayarlo de la teoría económica se considera como una situación ideal a la
que se debe propender. Desde este punto, aparece la contradicción indicada por
los desequilibrios económicos que no podrían ser invisibles ante nadie,
principalmente ante los y las economistas, aunque la ortodoxia ha trabajado con
ojos conscientemente ciegos.
Uno de los temas relevantes
de la Teoría General de Keynes es el principio de la demanda efectiva, en donde
se plantea la intersección entre la oferta y la demanda global de la economía
que determina un nivel de ocupación de acuerdo a las expectativas de los y las
agentes, aunque destacan las de los empresarios puesto que a partir de allí se
toman las decisiones de empleo. De esta forma, siguiendo la lógica keynesiana,
reconociendo desequilibrios en la economía, los empleadores al incurrir en
pérdidas por insuficiencia de demanda dado que las expectativas de venta no son
cumplidas pierden estímulo para aumentar el nivel de empleo e incluso podrían
contraerlo si se genera una situación sostenida, lo cual genera desempleo; pero
sin adentrarse en tal fenómeno, el centro de este texto es el análisis breve del
consumo que puede descender bajo diversos factores o las características
psicológicas que menciona Keynes.
En contexto, el consumo en México
en el mes de marzo de 2014 disminuyo 1.47%
dada la entrada en vigor de nuevos impuestos a comida de alta densidad
calórica, lo cual genero impacto en las ventas minoristas. Es claro que la
demanda sobre ese tipo de bienes se disminuye y se podría desplazar hacia otros
bienes, aunque sería tajante decir que todo el mundo dejará de consumir tales
alimentos, entonces no habrá una insuficiencia generalizada que cause grandes
efectos. Otra asunto sería si las personas cambiaran sus hábitos alimenticios, lo
cual no se sabe si sucedería, puesto que de ser así se podría desplazar la
demanda y tampoco habría gran problema. En conclusión, este es solo un ejemplo de consumo que afecta
un sector específico, en perspectivas globales la cuestión es distinta, ocurrirían
desequilibrios notables.
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