Francy
Samboni Hoyos
J. M. Keynes en el
tercer capítulo de su libro, la Teoría General de la Ocupación, el Interés y el
Dinero plantea que el punto de equilibrio en la economía está en función del
nivel de ocupación, razón por la cual, para el caso venezolano se tendrán en
cuenta las tasas de desempleo, entendidas como un problema de ocupación,
suministradas por organismos como el FMI, la CEPAL y el Instituto Nacional de
Estadísticas; las mencionadas tasas presentan variaciones mínimas que ubican al
país como el segundo en América Latina con
la mayor tasa de desempleo.
El desempleo es uno
de los problemas con mayor impacto sobre los consumidores y los empresarios del
país cuya economía se basada principalmente en la transformación de
hidrocarburos, manufactura y comercio; en los últimos días, en la frontera
entre Colombia y Venezuela, ubicada cerca de la ciudad de Cúcuta se vienen
dando rigurosos controles por parte de guardia venezolana para evitar el
contrabando de gasolina y de alimentos que ha venido ocurriendo desde hace
muchos años atrás y que hoy es visto como un generador de crisis; de igual
manera también existen fuertes críticas al estado por la instalación de máquinas
lectoras de huellas en los supermercados y tiendas de alimentos que finalmente no buscan otra cosa más que
racionar el consumo de los ciudadanos, como medida para frenar el
desabastecimiento por el que atraviesa el país; todo esto sumado al aumento de
la informalidad hacen que la propensión marginal al consumo haya disminuido, debido
a que el nivel de ingresos de la población es menor, es decir, que el consumo
se ha desestimulado tanto por las restricciones presupuestarias dadas por el
salario real y la elevada tasa de inflación, como por las restricciones gubernamentales.
De esta manera, nos
encontramos con un panorama en el que no hay demanda efectiva dado que el
volumen de ocupación es inferior al requerido por el mercado, en pocas
palabras, en Venezuela no se dan las condiciones para que se logre un punto de
equilibrio, pues ni el nivel de ocupación de la economía aun con un precio de
oferta global bajo logra incorporar más ocupados al mercado, ni la propensión
marginal al consumo aumenta, ni el nivel de inversión responde a las
necesidades de la población.
Finalmente, Venezuela
necesita con suma urgencia una flexibilización en cuanto a políticas
económicas, para permitir que más empresas se incorporen al mercado, ya que el
Estado no puede responder a las necesidades del mercado de forma sostenida,
seguramente en algún momento la crisis explotara de forma definitiva y los
obligara al cambio.
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