domingo, 7 de septiembre de 2014

¿HAY DEMANDA EFECTIVA EN VENEZUELA?


Francy Samboni Hoyos

J. M. Keynes en el tercer capítulo de su libro, la Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero plantea que el punto de equilibrio en la economía está en función del nivel de ocupación, razón por la cual, para el caso venezolano se tendrán en cuenta las tasas de desempleo, entendidas como un problema de ocupación, suministradas por organismos como el FMI, la CEPAL y el Instituto Nacional de Estadísticas; las mencionadas tasas presentan variaciones mínimas que ubican al país como el segundo en América Latina con  la mayor tasa de desempleo.

El desempleo es uno de los problemas con mayor impacto sobre los consumidores y los empresarios del país cuya economía se basada principalmente en la transformación de hidrocarburos, manufactura y comercio; en los últimos días, en la frontera entre Colombia y Venezuela, ubicada cerca de la ciudad de Cúcuta se vienen dando rigurosos controles por parte de guardia venezolana para evitar el contrabando de gasolina y de alimentos que ha venido ocurriendo desde hace muchos años atrás y que hoy es visto como un generador de crisis; de igual manera también existen fuertes críticas al estado por la instalación de máquinas lectoras de huellas en los supermercados y tiendas de alimentos  que finalmente no buscan otra cosa más que racionar el consumo de los ciudadanos, como medida para frenar el desabastecimiento por el que atraviesa el país; todo esto sumado al aumento de la informalidad hacen que la propensión marginal al consumo haya disminuido, debido a que el nivel de ingresos de la población es menor, es decir, que el consumo se ha desestimulado tanto por las restricciones presupuestarias dadas por el salario real y la elevada tasa de inflación, como por las restricciones gubernamentales.

De esta manera, nos encontramos con un panorama en el que no hay demanda efectiva dado que el volumen de ocupación es inferior al requerido por el mercado, en pocas palabras, en Venezuela no se dan las condiciones para que se logre un punto de equilibrio, pues ni el nivel de ocupación de la economía aun con un precio de oferta global bajo logra incorporar más ocupados al mercado, ni la propensión marginal al consumo aumenta, ni el nivel de inversión responde a las necesidades de la población.

Finalmente, Venezuela necesita con suma urgencia una flexibilización en cuanto a políticas económicas, para permitir que más empresas se incorporen al mercado, ya que el Estado no puede responder a las necesidades del mercado de forma sostenida, seguramente en algún momento la crisis explotara de forma definitiva y los obligara al cambio. 


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